Cuenta la abuela de los protagonistas de esta cocinita que los niños de las tribus indígenas del Amazonas (donde trabaja la abuela) reciben su primer cuchillo a los dos años. Y nunca ninguno jamás tiene un accidente con su cuchillo. De hecho, la herramienta los acompaña toda la vida y tiene mil usos prácticos para la vida en la selva.
Nuestros niños tal vez no necesiten utilizar un cuchillo a tan temprana edad, pero al igual que nadar o aprender a cruzar la calle, utilizar estas herramientas filosas con propiedad puede ser una habilidad muy útil para toda la vida.
Así que aquí van los consejos:
1.- Asegúrate de que los cuchillos tengan filo suficiente. Un cuchillo mal afilado obliga a hacer más presión sobre el alimento que estamos cortando. Si el alimento se resbala (por la presión) el cuchillo puede terminar lesionando a la persona que corta.
2.- Explícales la técnica correcta. Los dedos de la mano que sostiene el alimento nunca deben estar extendidos, sino contraídos y en paralelo con la hoja del cuchillo. Cuando cortamos, la hoja debe tocar ligeramente los nudillos. Comienza con alimentos fáciles de cortar, como el calabacín
3.- Utiliza la superficie adecuada. Que siempre corten sobre una tabla (de madera o de acrílico). Una superficie resbalosa (como un tope de mármol o de granito) destroza el filo del cuchillo, además de que puede provocar accidentes.
4.- Que estén a la altura adecuada. La cintura de la persona que corta debe estar más o menos a la altura de la tabla. Eso da más dominio del cuchillo y facilita la técnica correcta. En el caso de los niños, podemos usar un banquito o una caja de madera (asegúrate de que sea firme).
5.- Nunca los dejes solos. Al menos durante los primeros años, mientras avanzan en el dominio de la técnica, deben estar siempre acompañados de un adulto que los aconseje y los guíe. De esta forma, irán ganando confianza y serán capaces de hacerlo por sí solos y cada vez mejor.